EFICACIA

Autor: Mª Teresa Cuenca

Hoy soñamos con ser cada día más eficiente, más capacitado: Necesitamos tener tiempo para la familia, el trabajo, el deporte, los amigos, el ocio, los viajes.

Parece ser real el comentario que se le atribuye a H. Ford: Me asombra el gran número de personas que no son dueñas de su agenda. Son muchos los altos ejecutivos de la Empresa que se me han acercado y con un mal disimulado orgullo me han dicho: << El año pasado tuve tal cantidad de trabajo que no pude tomarme unas vacaciones>>. Siempre quedo perplejo ¿es posible asumir la responsabilidad de un proyecto millonario y ser incapaz de encontrar unos días al año para pasarlos con tu familia y descansar un poco?

Los expertos nos dicen y recomiendan imprimir un ritmo ordenado a la vida y tener un claro orden de prioridades. Son premisas básicas para intentar ser eficaz a cualquier nivel, tanto doméstico-educativo como profesional.

¿Para educar? Sí, porque educar exige dedicacion, tiempo, y, por tanto, orden y serenidad para sacar el mayor partido a nuestro objetivo. Y la actitud y el orden ya es un gran aliado en la configuración del carácter de los hijos.

Cuánto agobio sufrimos en el día a día. Despertamos con la angustia de la falta de tiempo, siendo la hora que nos hemos programado la noche anterior . Y es que cuando el orden no ha sido razonado, cuando no hay orden en la cabeza no sabemos por dónde empezar y se suele elegir, inconscientemente, lo que más se nos apetece o aquello otro urgentísimo, que no lo es tanto y sobre todo que no es lo que tenemos que hacer en ese momento. No nos resulta fácil reconocer que más que tiempo lo que nos falta es orden.

No se puede hacer en la vida todo lo que quisiéramos, pero no es éste el problema, el problema es qué excluimos Aprender a saber discernir.

Nos sentimos realizados haciendo muchas cosas, somos, a vece sin saberlo, ferozmente competitivos. Presumimos de ello ( como los ejecutivos de la Ford) Pero no, porque el desorden nos aboca a elegir la tarea más grata, más lucida, menos costosa. En el fondo somos perezosos enmascarados, actitud no fácil de detectar, Y en pro de una eficaz labor y hasta entrega, hay veces que olvidamos lo esencial; serenidad, mesura y constancia en el deber de cada día. Ese deber que se intenta hacer nuevo cada día y que es aceptado con una sonrisa.
¡No siempre es fácil!.

María Teresa Cuenca